Rinitis alérgica

Rinitis alérgica

El nombre de rinitis suena un poco difícil, y fiebre del heno algo anticuado, pero si hablamos de alergia seguro te resultará familiar.

¿De qué se trata?

Rinitis significa inflamación de la mucosa de las fosas nasales, que a veces se acompaña de congestión y goteo constante. También hay lagrimeo, estornudos, picazón de ojo y  zumbido en los oídos. Hay varias causas, pero una de ellas es la alérgica. Otras pueden ser problemas virales, de irritación por químicos, etc.

¿Cómo comienza una alergia?

Un proceso alérgico implica una reacción exagerada del sistema inmunitario, frente a algún agente (alérgeno) que normalmente sería inofensivo. El sistema inmunológico es un mecanismo de defensa y una de sus armas son los anticuerpos, que son específicos para cada alérgeno en particular. Así, cuando en alguna persona susceptible entra, por ejemplo, una partícula de polen, su cuerpo produce un tipo de anticuerpo llamado IgE, específico para ese tipo de polen.

Ahora bien, cada anticuerpo es específico para cada alérgeno, entonces, una persona puede ser alérgica a algún polen y no a otro; otra persona puede ser alérgica a la caspa del gato, pero no a los perros o al moho.

¿Todas las alergias se manifiestan de igual modo?

No, el fenómeno alérgico tiene varias manifestaciones y, en los últimos tiempos, la medicina ha avanzado mucho al respecto. La rinitis es una de las más comunes ya que afecta a más del 10% de la población.

¿Cómo se diagnostica la rinitis alérgica?

Generalmente basta con informar al médico sobre sus síntomas, y él le hará un examen de la nariz, oídos, garganta y pulmones. También podrá indicarle un análisis para ver si los niveles de IgE están elevados.

Consejos:

  1. Mantener un sistema inmunológico fuerte, descansar bien y disminuir las situaciones estresantes.
  2. Alimentarse saludable y responsablemente, ya que a través de los alimentos podemos incorporar al agente alérgeno que nos daña.
  3. Evitar el humo, fumar y los gases irritantes.
  4. En lo posible, evitar el exceso de polvo y usar barbijos.
  5. Si sos alérgico a los animales, procurá limpiar bien todo lo que haya estado en contacto.
  6. Usar fundas, cortinas y cubrecamas lavables; lavarlos con agua tibia, ya que los ácaros del polvo se mueren con el calor.


¿Existe medicación?

Si, muchos médicos recetan medicamentos. Un grupo de ellos son los llamados antihistamínicos. Los de primera generación como la difenhidramina y la clorfeniramina se dan, a veces, junto con otros medicamentos como calmantes y descongestivos. Ese tipo de antihistamínicos es muy bueno, pero puede provocar somnolencia. Entre los antihistamínicos de segunda generación encontramos la loratadina que no suele dar sueño y, por sus prácticamente nulos efectos secundarios, es de venta libre.

 

Recordá:

No debés auto diagnosticarte ni auto medicarte.  Primero, consultá a un profesional de la salud para que te oriente. No hay por qué alarmarse, se puede controlar aunque no se reconozca el verdadero culpable.

 

Alejandra C. Altarriba
Bioquímica – Farmacéutica