Este elemento específico del desarrollo de los bebés puede asustarte y ponerte nervios de punta.
- Preparate con anticipación
No empieces a bañar a tu bebé hasta que tengas a mano todos los artículos necesarios, incluyendo shampoo, jabón, toallita, una taza para enjuagar, toallas, y al menos un juguetito para entretenerlo.
Organizá todo antes de empezar. Así no vas a tener que sacarle la vista ni por un segundo durante el baño.
- Pensá en la bañera
Usá una pequeña bañera diseñada para bebés. Podés agregar un pato de goma en el borde para que tu bebé se entretenga. Después la llenás con unos 5 a 7.5 centímetros de agua.
- Mantenelo calientito
Por seguridad, durante esta etapa de su desarrollo, siempre asegurate de sostenerlo firmemente mientras lo bañás. La bañera de plástico sirve para elevarlo un poco de manera que su cabeza no se balancée, pero al mismo tiempo parte de su cuerpo quede fuera del agua.
Para evitar que sienta frío, volcá cuidadosamente el agua tibia sobre la parte superior de su cuerpo durante toda la duración del baño.
- Hacelo acogedor
Estar envuelto en la toalla y acurrucado en tus brazos es algo que tranquiliza a tu bebé. De hecho, es tan relajante que el baño se puede convertir en parte de tu rutina a la hora de dormir. Tu bebé aprenderá a relacionar el final del baño con la hora de dormir, y eso va a hacer de tus noches mucho más fáciles.
Los primeros baños de tu bebé pueden parecer difíciles, pero seguilo intentando.
Con un poco de práctica también vas a descubrir que un baño en la noche es una actividad que fortalece el vínculo entre tu bebé y vos.
Fuente: Pampers