Piernas pesadas, arañitas y otras molestias

Piernas pesadas, arañitas y otras molestias

Muchas son las manifestaciones que recrudecen o son más notorias con los primeros calores: piernas pesadas, derrames, arañitas. Estos problemas tienen un origen común: la debilidad de las paredes venosas.

¿Qué son las venas?

Nuestro sistema circulatorio está formado por dos tipos de vías o canales de conducción de la sangre: las arterias y las venas.

 

¿Qué pasa cuando ya no todo funciona bien?

Con el paso de los años y con el sobrepeso, las paredes de las venas pierden su elasticidad y se debilitan. Estas se estiran, se vuelven largas y más anchas. Para que puedan acomodarse en el mismo espacio que ocupaban cuando eran normales, las venas alargadas se vuelven tortuosas. Esto hace que puedan aparecer como una protuberancia en forma de “serpiente” por debajo de la piel. Esto es lo que recibe el nombre de várices.

 

¿Qué pasa con las piernas “pesadas”?

Más importante que el alargamiento de las venas es el ensanchamiento de las mismas, que hace que las válvulas internas se separen (no se cierren) con lo cual se produce un flujo de sangre hacia atrás, lo que conduce a un agrandamiento aun mayor de las venas tortuosas. Esto trae aparejado todo un efecto de dilatación de los miembros inferiores (piernas) por mala circulación.

 

¿Qué son las arañitas?

Las venas en forma de araña (aracniformes) pueden producirse por la presión de la sangre en las varices. Una causa hormonal explicaría porque las venas en forma de araña (arañitas) aparecen más frecuentemente en las mujeres, sobre todo durante el embarazo.

 

Tratamiento

Aunque las várices en sí mismas pueden ser extirpadas o eliminadas mediante una intervención quirúrgica o láser o con un tratamiento con inyecciones, la afección no se puede curar. El tratamiento, básicamente alivia los síntomas, mejora el aspecto y previene las complicaciones.

 

Medicamentos

Actualmente hay muchos medicamentos que pueden mejorar ésta patología. En general contienen sustancias del grupo de los flavonoides que tiene acción venotónica y vasculoprotectora, lo que favorece la circulación sanguínea y aumenta la resistencia de los capilares venosos corrigiendo y reduciendo su fragilidad.

 

Costumbres cotidianas que pueden ayudarnos a luchar contra ellas.

  • Las duchas de agua fría y las caminatas por la orilla del mar dejando que el agua nos masajeé pantorrillas y tobillos.
  • Caminar, subir escaleras, andar en bicicleta, nadar y, en general, los ejercicios que nos hagan mover las piernas sin someterlas a saltos o impactos.
  • Los masajes ligeros en las piernas. Si optamos por el automasaje éste siempre debe ser ascendente, para coadyuvar en la circulación de retorno.
  • Cambiar de postura con frecuencia.
  • Evitar el estreñimiento con una dieta rica en fibra.
  • Estar sentadas con las piernas cruzadas o de pie durante mucho tiempo.
  • El calor. Eso incluye los baños calientes, el sol, la cera caliente.
  • Los pantalones, medias y calcetines demasiado ajustados que dificulten la circulación.
  • Los tacones altos llevados durante demasiadas horas.
  • El exceso de peso.

 

Consulte a su médico flebólogo.

Fuente: Merck & Co Inc